lunes, 28 de septiembre de 2009

Farolandia


Desde que a mediados de los 90 se introdujo esta especie no autoctona por el centro de la capital de Asturias, la población de esta plaga se expande por todos los barrios de la ciudad hasta alcanzar ya zonas rurales. Esta variedad suele crecer a orillas de las vias de forma longitudinal y ordenada. El FAPAS o ANA deberia tener conocimiento de tal invasión por el peligro medioambiental que supone para el ecosistema; ya han sido avistadas especies de pájaros anidando en sus calidos brazos, ardillas correteando por sus ramas y algún jabalí fozando y rascando el lomo contra sus petriles.
No se puede entender que pinta tal cantidad de elementos urbanos en la zona rural del concejo de Oviedo y es que el estilo de estas farolas solo puede tener lugar en ciertas calles del centro o casco antiguo de la ciudad.
El estilo de los farolones parece isabelino o algo así, pues lo mismo las plantan iluminando la plaza de la catedral que al lado de un hórreo o una gasolinera. En la cantidad es una desproporción absoluta, hay auténticos sembraos de avenidas deslumbrantes con puntos de luz cada dos pasos que cuentan con hasta 5 brazos que encima hay que apagar para no gastar.
Esta aberración cuenta con el apoyo de toda la población, si la calle Uria las tiene pues yo también las quiero en la Corredoria! Y con este criterio tenemos un pastiche de ciudad impersonal y hortera.
Alguien debería de poner freno a este despropósito, la imposición de esta estética sin sentido ya ha convertido la ciudad en una paletada monumental y antiecológica.